3 ocasiones en las que humanidad y profesionalidad fueron de la mano (II)
Hay trabajadores que van más allá de sus funciones básicas.
No se limitan a ejercer con profesionalidad, sino que también ponen humanidad en su día a día laboral.
Algunos trabajos requieren ser ejercidos con más humanidad que otros, por la necesidad emocional del tomador del producto o el servicio.
Como por ejemplo los bomberos o el personal de las ambulancias. Sin embargo, todos los trabajos pueden ejercerse con humanidad y aportar un gran plus.
Os mostramos 3 de esas personas que han ejercido con humanidad su profesionalidad:
1. La vacuna sin patente que podría haber hecho rico a su creador.
Jonas Salk descubrió y desarrollo la primera vacuna contra la Polio segura y efectiva.
Allá por 1955, cuando la vacuna fue desarrollada, la Polio era considerado el problema de salud pública más peligrosos de los Estados Unidos.
En una ocasión, le preguntaron a Jonas Salk quién poseía la patente, a lo que Salk respondió: “No hay patente. ¿Se puede patentar el sol?”.
Según algunos medios, esta patente le podría haber aportado ingresos por valor de 7.000.000.000$.
2. La simbólica boda que hizo sonreír a una niña con leucemia y a su familia.
Abby, una niña de 4 años, que permanecía ingresada en el hospital a causa de una leucemia linfática aguda, tenía un sueño. Quería casarse.
Un día, decidió pedirle matrimonio a su enfermero favorito. Matt no dudó en aceptar la propuesta.
Esta fue una de las bodas más bonitas de la historia, mucho más emotiva que las que aparecen en los cuentos de Disney.
Tras la boda, Matt publicó un post en su cuenta de Facebook: “Este día fue una de aquellas jornadas que ella y su familia podrán mirar atrás y sonreír cuando los días se pongan más difíciles. ¡Yo lo sé! ¡Y lo creo!”.
3. El pequeño/gran gesto que hizo sonreír a un niño con autismo y a su madre.
El conductor de un camión de basura veía, cada mañana, como un niño de 5 años con autismo salía para ver con asombro como recogía el contenedor de basura que hay frente a su casa.
Una mañana, el conductor, que ejerce su labor como cualquier otro día, sale del camión y le pregunta a la madre del niño si le puede dar un regalo a su hijo.
La madre acepta, y el conductor le regala un camión de basura de juguete al pequeño que lo recoge con asombro y emoción.
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Estos son algunos de los pequeños actos que podemos hacer en nuestro día a día para hacer de este mundo un lugar mejor.
Actos que no requieren de un gran desembolso de dinero, ni tampoco de mucho de nuestro tiempo y a pesar de ello, pueden marcar una gran diferencia en las personas que nos rodean.
Pon humanidad a la profesionalidad.
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3 ocasiones en las que humanidad y profesionalidad fueron de la mano (II)
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Hay trabajadores que no se limitan a ejercer con profesionalidad, sino que también ponen humanidad en su día a día laboral. Aquí os mostramos algunos ejemplos.
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Clínica Dental Ochogavía
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